Fueron llegando de a poco a la casa de la abuelita de Caperucita Roja.Primero llegó el lobo, como siempre por el camino más corto; segunda, la pareja perfecta de Pulgarcito y Pulgarcita discutiendo; tercero, Aladín que llegó volando en su alfombra mágica; cuarta, Blancanieves acompañada por los siete enanitos; quinto, entró el Gato con Botas con el último modelo de Sarkany; sexta, la Sirenita que podría haber llegado más rápido, ya que en el mar no hay tránsito; séptima, la Caperucita Roja que como de costumbre, tomó el camino más largo.Después le siguió la Bella Durmiente, que como ya era sabido, se durmió y vino con unas ojeras terribles.Los últimos en llegar fueron Hansel y Gretel que se extraviaron en el camino porque perdieron el GPS.
Ya todos juntos, comenzaron a hablar y, por supuesto, la charla la comenzó la abuela de Caperucita, ya que es viejita y tiene más años de experiencia.
El tema central fue cómo han caído en el olvido sus cuentos en los niños actuales.
El lobo opinó:
-Ya no es lo mismo que antes; a los chicos no les da más miedo un simple lobo feroz.Ahora me miran y se ríen, soy divertido, en vez de temible.
-Sí, es verdad- dijo Aladín- el otro día un niño metió jugo en mi lámpara; todavía no termino de limpiar.
Los Enanitos se quejaron y dijeron:
- A mí un lobo siempre me dio risa, pero los chicos nos cargan por nuestra altura.
Pulgarcito coincidió con al lobo:
- Sí, tenés rázon, los chicos no se asustan con nada.Ya no hay solución.
Entonces, Pulgarcita, muy apurada y furiosa, reprochando como siempre, contesta:
- ¡Pero ustedes no sirven para nada, ni siquiera para dar miedo a un simple niño!
Y Blancanieves exclamó:
- Pienso lo mismo que Pulgarcita, se podrían esforzar un poco más, si los cargan por la altura, ¡pónganse tacos, muestren otras habilidades!
El lobo reprocha:
-Esta mujeres siempre iguales, son insoportables. ¡Yo me voy!
-Nosotros también. No se puede hablar así - dijeron al unísono los Enanitos, Aladín, el Gato con Botas, Pulgarcito y Hansel.
Y las mujeres se quedaron tomando un té muy tranquilas, charlando sin importales lo que hicieran los varones.
En ese momento la abuelita dijo:
-Es verdad, yo conseguí trabajo en "Bailando por un sueño".
-Yo voy a hacer un espectáculo de "acqua dance" - dijo La Sirenita.
- Y yo conseguí un papel en " Tom y Jerry ", total es divertido trabajar ahí- comentó Pulgarcita.
- A nosotras la plata nos sobra y trabajo no nos hace falta; así que estar con ellos o sin ellos nos da igual- dijeron Blancanieves y la Bella Durmiente.
Mientras tanto, los varones:
- ¡Ay, no! ¿Y ahora qué vamos a hacer sin ellas? - dijo Pulgarcito.
-Es verdad, afirmó el Lobo ¿A quién voy a molestar? o ¿Quién me va a cocinar?
Aladín junto con Hansel y el Gato con botas dijeron:
- Las necesitamos, son importantes para nosotros. ¿Por qué no volvemos y les pedimos perdón?
Entonces, todos juntos volvieron a las casa de la abuelita de Caperucita Roja, tocaron la puerta y uno por uno pidieron perdón. Luego de que terminaron, las mujeres decidieron perdonarlos por haberse ido; juntos se sentaron y conversaron tranquilos en busca de una nueva solución.
Del Lápiz al Teclado
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